domingo, 17 de noviembre de 2013

El Hotel Balneario de Azuaje

Curioseando por la web de mi Ayuntamiento (Villa de Firgas), he encontrado en la sección de Patrimonio una serie de edificios catalogados como monumentos arquitectónicos, que o bien han sido restaurados y se utilizan hoy en día para fines sociales y culturales (como la actual Casa de la Cultura) o bien se encuentran en un estado lamentable de abandono como el Hotel Balneario de Azuaje. Pues cámara fotográfica en mano he ido a pasear por el lugar y he decidido que vale la pena apadrinarlo para que pueda llegar a ser declarado Bien de Interés Cultural.
El panorama es bastante desolador, tal como puede comprobarse en las siguientes imágenes:







Fue a finales del siglo XIX cuando empezaron a hacerse populares en toda Europa los balnearios de aguas medicinales. El Balneario de Azuaje se construyó en 1868 y no solo acudían a él los turistas de clase acomodada por sus aguas medicinales sino para poder disfrutar de la naturaleza y de la paz y tranquilidad que le rodeaba y que todavía se puede seguir disfrutando.
Curiosamente, los lugareños acudían a este lugar no por sus aguas y tal vez porque no se lo podían permitir, pero sí era frecuentado por aquellas parejas recién casadas y que celebraban su luna de miel en un pequeño "apartamento" situado dentro de la roca y por encima de las instalaciones:


No obstante, se observa que el edificio sigue manteniendo su estructura original y que algunos elementos arquitectónicos como columnas y frisos conservan su aspecto de antaño por lo que es posible que no todo esté perdido y que pueda ser restaurado para que adquiera su aspecto inicial y que pueda ponerse en explotación nuevamente.



Cuando se inauguró en 1868, solo se podía acceder al balneario desde Firgas por senderos estrechos y serpenteantes, no exentos de peligros y más idóneos para los animales de carga que para las personas hasta que se acondicionó el "Camino de la Capellanía" y  que hoy en día es utilizado por los senderistas. Al comienzo del camino desde el barranco hasta Firgas, nos encontramos la siguiente señal con la que, si llevamos un móvil o una tablet encima y nos indican para qué sirve la misma, podemos leer una breve historia sobre el balneario:

                                        
En 1907 se construyó un viaducto que unía a Firgas y a Moya por carretera por lo que se mejoraron las comunicaciones para poder ir al balneario:


se podía llega a él en coche aunque hay que reconocer que la carretera (la misma que ahora pero con un alquitranado mejor y con "quitamiedos" en el lado del barranco) es angosta, tiene muchas curvas y cuenta con grandes precipicios, pero es lo que ordena la complicada orografía.
Este hecho se constata en la siguiente foto de la FEDAC y con la que podemos comparar el "antes" y el "ahora":

                                  
 

    

Hay que tener en cuenta (para los que no puedan ubicarse todavía), que el Hotel Balneario se encuentra en el barranco que separa las localidades de Firgas y Moya y que si tomamos la carretera que va desde Buenlugar a Moya, lo encontraremos en la margen izquierda del barranco hacia el interior. No obstante, se adjunta el enlace del Google maps (previamente acortado) con la cortesía de la Fedac: http://bit.ly/1cCDf9C 

 El Balneario de Azuaje se cerró hacia 1938 por razones sanitarias y por la coyuntura bélica mundial. Sus instalaciones no volvieron a usarse como balneario pero sí estuvieron frecuentadas por las gentes del lugar para celebrar bailes y fiestas en su gran salón (en cuyo interior se encontraba una fuente de aguas medicinales) hasta que la gran riada del año 1955 destrozó los baños y se ha ido deteriorando progresivamente hasta la actualidad. Aunque no fuese un hotel que hoy en día pudiéramos calificar con cuatro o cinco estrellas (tal vez ni con tres) toda vez que según las crónicas de la época dicen que era
 “ bastante humilde, cómodo y pintoresco aunque con pocas comodidades para la clase más pudiente” lo que sí es cierto es que se hallaba (y se halla) en un entorno único y rodeado de una vegetación exuberante así como el elemento primordial: el agua.
Por su interés histórico y arquitectónico y porque merece la pena ser conservado, debería ser declarado BIC. Asimismo, si en la época de esplendor del balneario los municipios de Firgas y Moya aumentaron sus ingresos gracias a la oferta alojativa, a la oferta gastronómica, al consumo de víveres y tal vez de productos típicos de la zona, sería muy interesante que se pudiera restaurar el Balneario y desarrollar alrededor de los dos municipios la infraestructura adecuada para poder complacer a todos aquellos que vengan a disfrutar de sus aguas medicinales y de sus instalaciones. Ello redundaría en puestos de trabajo y en la demanda de un visitante que "pasa" de sol y playa y que con toda seguridad encontraría en el Hotel Balneario Azuaje unas vacaciones perfectas. Y nos consta que ese tipo de clientes existen.



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